La Sociedad de los Puños Justos y Armoniosos, también conocidos cómo los Boxers, al igual que muchos otros grupos secretos y sectas que solían existir, buscaban "gobernar" y obtener el poder en las zonas rurales de toda China, donde la influencia del orden Imperial no llegaba. Éstos grupos no sólamente actuaban cómo un reemplazo al sistema imperial, si no que también administraban zonas donde la corrupción era rampante y no existía una fuerza que la frenase.

Ante la llegada de misioneros alemanes, La Sociedad (cómo la vamos a llamar desde ahora), percibió esto cómo una amenaza a las tradiciones y costumbres chinas. El movimiento originado en Shandong se expandió cómo la pólvora, y en poco tiempo, el movimiento anti-cristiano y anti-occidental que La Sociedad llevaba a cabo llegó a las grandes ciudades, y a las capitales. Los pequeños grupos secretos cooperaban entre sí, cada uno con el mismo objetivo: eliminar la influencia cristiana en China.

Éstos rumores llegaron a oídos de Dezong, el emperador, quien envió a uno de sus delegados del ejército a comprobar si era verdad que éste grupo "de Justicia Nacional" estaba compuesto por diez mil personas quienes no dudaban en usar la violencia. Más al comprobar que todo este gentío era nada más que un rumor, un conjunto de pequeñas organizaciones que buscaban preservar el estatus cultural chino, decidió dejar de lado el asunto. Más al ser depuesto poco tiempo después por su propia tía Cixi, Dezong seguramente se percató de que había sido un grave error no actuar antes.

En Zhili, en Hebei y en Shandong, el movimiento de la Sociedad ya era notorio. La población en general agitaba contra la presencia de los misioneros en tierras chinas. Cixi, por su parte, dictó un edicto en el cual, el gobierno defendía al movimiento de la Sociedad, y hasta les pedía a las autoridades locales que se uniesen al movimiento. El descontento llevó a que diversas naciones en conjunto envien tropas a defender a los misioneros, lo cual fué interpretado por la población china cómo una amenaza a la soberanía. La situación no hizo más que empeorar, y al poco tiempo, al ya estar las tropas extranjeras en China, el movimiento extremó sus medidas. La quema de iglesias y de los creyentes dentro de ellas se hizo cada vez más frecuente. Aquí empezó la conocida Rebelión Boxer.

Sin embargo, en medio de tanta violencia y crueldad, hubo un hecho que trasciende la realidad y la ficción: El pequeño grupo de las Linternas Rojas.

La Sociedad prohibía en aquel tiempo que cualquiera que estuviese en sus filas tuviese contacto con una mujer; ni sexual, ni físico. Las mujeres, según la ideología de La Sociedad, eran vistas cómo "sucias" e "impuras". Más la percepción de La Sociedad cambió cuando las Linternas Rojas se insertaron a sí mismas en las filas de su pseudo-ejército debido a sus extrañas y misteriosas "habilidades especiales".

Lin Hei'er, hija de un artista itinerante, y una gran acróbata, sufrió mucho a causa de la muerte de su esposo, Li Youchuan, con quien se había casado a una temprana edad. Youchuan murió en prisión tras ser arrestado por fuerzas británicas debido al comercio de opio, lo cual golpeó fuertemente en Lin. Debido a su enojo, Lin Hei'er viajó a Tianjin, donde conoció al líder de la Sociedad, Zhang Decheng, y fundó a las Linternas Rojas, y aprendió el estilo Yi-he.

Sin embargo, nadie gana respeto por hacer nada. Tras rehúsarse a estar del lado de La Sociedad, el gobernador Yulu, de origen manchú, decidió ponerse en contra de los militantes. Bajo sus órdenes, Yulu envió tropas bajo órdenes de matar a quienes simpatizaban con La Sociedad, hasta llegar a sus líderes. Pero al poco tiempo, Yulu pronto se vió perdido en una auténtica encrucijada: sus oficiales habían sido asesinados, así cómo sus intentos por acabar con la rebelión parecían haber sido en vano, tan sólo logrando atrapar a un puñado de militantes por las calles. Fué en aquel momento que Lin Hei'er habló (bajo condiciones aún desconocidas) frente a frente con él, y en un giro imprevisto, convenció a Yulu de ponerse del lado de la rebelión. Tal hecho ayudó a que las Linternas Rojas sean bien recibidas entre los chinos, al punto que incluso las personas se inclinaban rindiendóles respeto y quemando incienso en su honor.

Otras dos órdenes existían además de las Rojas: las Linternas Azules y las Linternas Negras, e incluso en Tianjin, donde alcanzaron un estatus importante, existió la división de las Linternas Verdes. Pero ninguna de las tantas ramas acarreaba tanto prestigio y enigma cómo las Linternas Rojas. Se dice que las jóvenes eran capaces de flotar, de volar en el aire, de caminar sobre el agua mientras repetían mantras, e incluso de hacer que las armas de fuego no tengan utilidad alguna. Se dice que Cui Yue-hon, otra de las Linternas Rojas, era capaz de quemar casas con sólo agitar su abanico. Otras, cómo Wong Lin, gozaban de la fama de ser capaces de "curar todo tipo de enfermedad" con hierbas medicinales. De la misma forma, Lin tenía la fama de ser capaz de curar cualquier tipo de herida salpicándoles agua a los heridos, e incluso de revivir a los muertos. Sin embargo, aún todas éstas habilidades no fueron capaces de librarle de un trágico pero misterioso final.

Se sospecha que tras ser capturada, Lin Hei'er murió en aquel mismo año de 1900. Sin embargo, la información es confusa: algunos dicen que el gobierno mismo la ejecutó, y otros, que murió en una pelea con otro recluso. Más algunos, hasta el día de hoy, sostienen que Lin logró escapar de las garras de la muerte, fugándose antes de ser ejecutada, y viviendo una longeva vida hasta el día de su muerte.

Las Linternas Rojas eventualmente fueron decayendo en número tras el final de la guerra, en 1901, y finalmente, desaparecieron. Hasta el día de hoy, el episodio sobre las Linternas Rojas es sujeto de estudio entre aquellos interesados en la Rebelión Boxer.

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